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La Paz
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Escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)
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Madird
Bolivia
Bolivia, tierra de maravillas y contrastes, cautiva con su rica historia, paisajes impresionantes y cultura vibrante. En el corazón de Sudamérica, este país diverso ofrece una experiencia única.
Uno de los destinos más emblemáticos es el Salar de Uyuni, un vasto desierto de sal que crea una ilusión mágica con su superficie reflectante. Además, el Árbol de Piedra, una formación rocosa esculpida por la erosión, sorprende con su peculiar apariencia en medio del altiplano boliviano.
Para los amantes de la aventura, el Huayna Potosí es un desafío imperdible. Este majestuoso pico de los Andes, con sus 6.088 metros de altitud, ofrece la oportunidad de conquistar una cumbre impresionante y disfrutar de vistas panorámicas indescriptibles.
Y para los ciclistas más intrépidos, tenemos la Death Road, o Camino de la Muerte, que es una experiencia emocionante y desafiante. Descender por esta estrecha y sinuosa carretera, rodeada de acantilados, ofrece una dosis de adrenalina inigualable.

¿Qué Necesitarás Para Tu Viaje?

Información importante
- Idioma: Español.
- Religión: Catolicismo.
- Moneda: Boliviano. (Puedes consultar su cambio aquí)
- No necesitaremos adaptador de enchufe.
- 6 horas menos que en España. ()
- El clima en Bolivia varía según la región y la altitud debido a su topografía diversa. En La Paz, situada en el altiplano, el clima es templado y seco, con temperaturas promedio de 10°C a 20°C. El suroeste, donde se encuentra el Salar de Uyuni, tiene un clima frío y seco, con temperaturas bajo cero en invierno y entre 15°C y 25°C en verano. En la región oriental, como Santa Cruz de la Sierra, el clima es tropical y húmedo, con temperaturas entre 25°C y 35°C durante todo el año.

¿Qué meter en la maleta?
- Ropa cómoda para las largas caminatas.
- Zapatillas cómodas de trekking.
- Gafas de sol.
- Crema solar.
- Ropa de baño para las termas.
- Cargador portátil.
- Pantalones de trekking.
- Mallas.
- Camisetas térmicas, para la escalada al Huayna Potosí sobre todo.
- Abrigo para las noches frías y las mañanas heladas.
- Cámara deportiva.
Salar de uyuni
Es el desierto de sal más grande del mundo y tiene más de 10.000 kilómetros cuadrados de pura belleza. Imagina un vasto océano blanco de sal que se extiende hasta donde alcanza la vista. Es como si caminaras sobre un gigantesco espejo que refleja el cielo y las nubes, ¡es realmente increíble!
Durante la temporada de lluvias, el salar se inunda y se convierte en un espejo gigante que crea ilusiones ópticas impresionantes. Es como si estuvieras flotando en el aire, rodeado de un paisaje surrealista. ¡No hay palabras suficientes para describir lo que se siente al estar allí!
Pero eso no es todo. En medio de este mar de sal, encontrarás islas cubiertas de cactus gigantes que emergen del suelo. La más famosa es la Isla Incahuasi, donde podrás caminar entre cactus que alcanzan alturas impresionantes. Desde allí, tendrás vistas panorámicas impresionantes del salar y podrás capturar fotos que te dejarán sin aliento.
Además de su belleza natural, el Salar de Uyuni también ha sido testigo de eventos deportivos de renombre mundial. Uno de ellos es la salida del famoso Rally Dakar, una de las competiciones de carreras todoterreno más desafiantes y emocionantes del mundo.
Llegada a lo Alto
Tras un vuelo de 11 horas desde Madrid a Santa Cruz de la Sierra, donde hicimos escala, cogimos otro vuelo en dirección a La Paz, capital administrativa de Bolivia y una de las ciudades más altas del mundo. Se sitúa a unos 3.650 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m). El aeropuerto de llegada fue el Aeropuerto Internacional El Alto.
Una vez recogimos el equipaje, salimos a la zona de llegadas donde nos estaba esperando un taxi para llevarnos al hotel. Nuestro hotel en La Paz fue el Hotel Las Brisas, en el que nos alojamos todas las noches que estuvimos en la ciudad. Su recepcionista Álvaro nos ayudó en todo lo que necesitábamos y más. Recomendamos este alojamiento.
Ya instalados en la habitación, nos dirigimos a dar una vuelta por la zona del hotel. Estuvimos por el Mercado de las Brujas mientras hacíamos tiempo para comer y partir al tour que habíamos contratado. Este mercado es famoso por la gran variedad de productos relacionados con la medicina tradicional y la espiritualidad. Lo que más nos llamó la atención del mercado fue ver fetos de llamas colgados, los cuales entierran en el sitio en el que van a construir una casa para dar buena suerte.
Para comer encontramos un restaurante llamado LaMurillo, en el que comimos un carpaccio de filete de llama que estaba delicioso.
Con la barriga llega pusimos rumbo a la Plaza de San Pedro, donde empezaría nuestro tour. Nos disgustó bastante el tour. Según su web, si había gente que hablara español y otros inglés dividirían los grupos, pero esto no ocurrió. Entendemos el inglés, pero si nos despistábamos mirando algo igual nos perdíamos algo interesante. Debido a esto, no acabamos el tour y decidimos hacer la ruta por nuestra cuenta.


Aliens
Segundo día por La Paz. El autobús a Uyuni no sale hasta la noche por lo que tenemos todo el día libre. Hablando con el recepcionista de nuestro hotel, nos recomienda la excursión a Tiwanaku y Puma Punku.
Estos sitios arqueológicos solo los había visto en documentales y, la verdad, tenía curiosidad por verlo por el tema de las teorías de aliens. (No creo que lo construyeran los aliens, obviamente, pero me crearon la curiosidad por verlo).
El precio de la excursión fue de 190 bob, unos 26€ aproximadamente.
Tiwanaku
Tiwanaku fue una ciudad importante entre los años 300 y 1000 d.C. y aún hoy muestra templos y pirámides antiguas. La Puerta del Sol, una puerta tallada en una gran piedra, es especialmente impresionante con sus dibujos y significados especiales.
Puma Punku es parte de Tiwanaku y destaca por sus enormes bloques de piedra tallados con gran precisión. La forma en que estos bloques se ajustan es increíble y plantea preguntas sobre cómo lograron tal precisión hace tanto tiempo.
Como hemos indicado anteriormente, hay muchas teorías sobre su construcción y, según se nos comentó en la excursión, queda muchísimo por descubrir.
Tras la excursión y la comida local, ponemos rumbo a La Paz para acabar de preparar las cosas para el viaje en bus a Uyuni.



Uyuni
Tras toda la noche en el autobús, intentando dormir, llegamos a Uyuni. A nuestra llegada, nos llevan a un bar para que podamos desayunar, 15 bob (2€ aproximadamente), mientras nos dividen en grupos en los que iremos en los coches mientras dura la excursión.
Uyuni es una localidad y un lugar emblemático en Bolivia, famoso por albergar el Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo. Este lugar único se encuentra en el altiplano andino y es una de las maravillas naturales más impresionantes del planeta.
Nuestra primera parada fue el cementerio de trenes el cual alberga una colección de viejas locomotoras y vagones de tren abandonados.
Este cementerio de trenes es un testimonio visual del pasado industrial y ferroviario de la región. A lo largo de los años, Uyuni fue un importante centro de transporte de minerales, y estas locomotoras y vagones fueron utilizados en el transporte de minerales desde el interior de Bolivia hacia el puerto de Antofagasta en Chile.
En estos restos, los visitantes podemos subirnos a las locomotoras y vagones para tomarnos diferentes fotos.
Tras unos minutos disfrutando de nuestra parada, ponemos rumbo al Salar de Uyuni.
Salar de Uyuni
El Salar de Uyuni se extiende sobre una vasta área, y su superficie blanca y plana crea una ilusión óptica en la que parece que el cielo y la tierra se funden. En la época de lluvias, el salar se convierte en un espejo gigante, creando un espectáculo surrealista y mágico. Tristemente para nosotros, este efecto no lo pudimos ver, pero pudimos disfrutar haciendo fotos con unos efectos ópticos peculiares.
Durante varias ediciones del rally Dakar, el Salar de Uyuni ha sido parte fundamental de las etapas, ofreciendo a los competidores y a los espectadores un escenario espectacular y único para las carreras todoterreno.
Esta visita no os la podéis perder. ¡¡¡Es parada obligatoria!!!
Isla Incahuasi
La Isla Incahuasi es una isla ubicada en el corazón del Salar de Uyuni. Se destaca como un oasis en medio de la vasta extensión de sal plana y blanca, y es un destino popular para los turistas que exploran el salar debido a su belleza y su singularidad. Eso sí, la ves al fondo pero parece que nunca llegues… el camino se hace largo hasta llegara ella.
Para entrar a la isla, hay que pagar 30 bob (unos 4€ al cambio).
Lo más distintivo de la Isla Incahuasi son los cactus gigantes que crecen en ella. Estos cactus, conocidos como «cactus de San Pedro», pueden llegar a medir varios metros de altura y han crecido aquí durante siglos. Caminar entre estos cactus mientras se disfruta de las vistas panorámicas del salar es una experiencia inolvidable.
También alberga un sendero que lleva a la cima, desde donde se puede tener una vista panorámica del Salar de Uyuni en todas las direcciones. Esta vista permite apreciar la inmensidad del salar y la belleza única de la isla en medio de este paisaje.
La isla también tiene algunas estructuras de piedra y paredes bajas que son remanentes de antiguas construcciones. Se cree que estas estructuras fueron utilizadas por las poblaciones antiguas como refugio y para actividades ceremoniales.
Una vez atardeció, nos volvimos a montar de nuevo en el 4×4 y pusimos rumbo a nuestro alojamiento. Un lugar perdido, sin luz ni cobertura, pero que nos hizo disfrutar del cielo estrellado.


Lagunas
Nos volvemos a despertar temprano y ponemos rumbo a nuestros siguientes destinos.
Hoy visitaremos la laguna Cañapa o azul, la laguna Hedionda y la laguna Honda.
Estas lagunas están situadas en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa y tienen sus propias características:
Laguna Cañapa: Es una de las más grandes y espectaculares de la región. Se encuentra a una altitud de aproximadamente 4.000 msnm y se caracteriza por sus aguas tranquilas y cristalinas. Lo más impresionante de esta laguna es su escenario natural, rodeada de montañas y con vistas a los volcanes circundantes. Es un lugar popular para la observación de aves, ya que alberga varias especies, incluidos flamencos andinos que se alimentan en sus aguas. De ellas se extrae el borax.
Laguna Hedionda: Debe su nombre al olor peculiar que emana de sus aguas debido a la gran cantidad de algas y microorganismos que viven en ella. A pesar de su nombre, es un lugar hermoso y es conocido por ser el hogar de una gran población de flamencos andinos, especialmente durante la temporada de cría.
Laguna Honda: Es más pequeña en comparación con las anteriores, pero no menos hermosa. A menudo, se encuentra junto al camino que conecta las otras lagunas mencionadas y es un lugar encantador para detenerse y disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. La Laguna Honda es conocida por su agua tranquila y reflejos impresionantes del paisaje que lo rodea.
Nuestra parada a comer fue junto a la laguna Honda y pudimos ver un grupo de llamas que pastaban por la zona, al igual que flamencos.
Árbol de piedra
Seguimos en nuestro 4×4 por unos caminos de tierra que nos dejaron los riñones para cambiar durante un rato hasta nuestra siguiente parada, el Árbol de piedra, que se ubica en el Desierto de Siloli.
El Árbol de Piedra es una formación rocosa natural ubicada en el altiplano boliviano, cerca del Salar de Uyuni y la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa. Aunque se llama «Árbol de Piedra», en realidad no es un árbol en absoluto, sino una impresionante escultura rocosa esculpida por la erosión a lo largo de miles de años.
Lo que hace que esta formación rocosa sea tan especial es su parecido con un árbol. La erosión eólica y climática ha esculpido una gran roca de arenisca en forma de tronco y ramas, lo que da la impresión de un árbol petrificado. Éste se situa en medio de un paisaje desértico, rodeado de vastos campos de arena y piedras, lo que lo hace aún más sorprendente y destacado.
Laguna Colorada
Continuamos el camino hasta llegar a la Laguna Colorada. La entrada cuesta unos 150 bob (unos 20€ al cambio).
Lo que la hace tan especial es su asombroso color rojo intenso, que parece provenir de otro mundo. Este sorprendente tono rojo se debe a la presencia de algas microscópicas y sedimentos minerales en sus aguas, que tiñen la superficie del lago. Además del rojo, la laguna a menudo presenta otros colores, como blanco, amarillo y verde, debido a la variada composición química de sus aguas y las diferentes especies de algas que la habitan.
La Laguna Colorada también es famosa por ser el hogar de grandes poblaciones de flamencos andinos, que encuentran en sus aguas ricas en minerales un ambiente propicio para la alimentación. Observar a estos elegantes pájaros rosados y su vuelo sobre la laguna es una experiencia única.
La laguna se encuentra a una altitud de unos 4.300 msnm lo que le da un aire aún más surrealista. Además, está rodeada de montañas y volcanes, lo que crea un escenario impresionante.
Ya casi anocheciendo, ponemos rumbo a nuestro último alojamiento del tour. Si el anterior estaba perdido en medio de la nada, este lo estaba aún más. Sin electricidad ni agua caliente. Solo se tenían gracias a unos motores que encendían a unas horas determinadas.
Esta noche fue la peor. Estuve malo estos días atrás y, gracias a un grupo con el que coincidimos allí, supimos que tenía mal de altura. Me dieron una aspirina para que pudiera descansar un poco y me dijeron que, cuando llegaramos al día siguiente al pueblo, comprara las Sorojchi Pills que servían para el mal de altura.
Yo solo pensaba en que la escalada al Huayna Potosí la tenía que hacer sí o sí.


Rumbo a Chile
Día de madrugón, a las 5 de la mañana en pie, para continuar con nuestro viaje hasta la frontera con Chile y seguir disfrutando de otros puntos durante el trayecto. Otros coches que hacían el mismo tour no llegaban hasta la frontera, pero en nuestro coche venían 2 personas que pasaban a Chile.
Durante el trayecto pudimos intuir, más que ver, los géisers de Sol de Mañana, que se caracterizan por las actividades geotérmicas que ocurren en la superficie de la tierra. Estas actividades incluyen la liberación de vapor, fumarolas, fuentes termales hirvientes y, por supuesto, géiseres. La altura y la frecuencia de estos chorros pueden variar y son más espectaculares durante las mañanas frías.
Gracias a esta actividad, se forman unas termas, que fue nuestra siguiente parada. El agua estaba muy caliente y nos vino bien dado que la temperatura ambiente era demasiado baja. La entrada a estas termas, aguas termales Polques, era de 6 bob (unos 0,82€ aproximadamente).
Tras el baño relajante y calentito, continuamos nuestro viaje hacia la frontera.
Durante el mismo, pasaremos por el Desierto de Salvador Dalí, que se ha ganado su nombre debido a su paisaje surrealista y pintoresco que recuerda a las pinturas del famoso artista español Salvador Dalí.
Aquí encontrarás rocas y crestas de formas caprichosas, algunas de las cuales se asemejan a animales, objetos o figuras abstractas. Además, el contraste de colores entre las rocas, el cielo azul y el terreno desértico crea una paleta de colores asombrosa y surrealista.
También hicimos una parada junto a un lago para ver el volcán de Licancabur. Situado en la frontera con Chile, es uno de los volcanes más icónicos y prominentes de la región y es conocido por su forma cónica perfecta y su imponente presencia en el paisaje. El nombre «Licancabur» proviene de la lengua kunza, una lengua indígena de la región, y tiene significado cultural para las comunidades locales.
Una vez dejamos a los dos compañeros en la frontera con Chile, pusimos rumbo hacia Uyuni para coger el autobús de nuevo con dirección a La Paz. ¡¡¡Los siguientes días iban a ser los más duros de nuestra vida!!! (Hablando a nivel deportivo)


Día de descanso y preparación mental
Llegamos de nuevo a La Paz a las 6:30 de la mañana y ponemos rumbo al hotel.
El día de hoy iba a ser de descanso y de preparación de todo lo necesario para la subida al Huayna Potosí (6088 msnm).
El mal de altura había desaparecido y fuimos a comprar lo necesario para combatirlo y prevenirlo durante los 3 días que duraría la escalada. Eso incluía tanto las Sorojchi Pills como las hojas de coca.
El hotel iba a ser de nuevo el Hotel Las Brisas, y Álvaro, iba a ayudarnos, otra vez, a conseguir todo lo necesario para esta nueva aventura.


Empiezan los nervios
Madrugón, desayuno en el hotel y rumbo a la agencia a cargar nuestras mochilas en las furgonetas para poner rumbo al Huayna Potosí.
Nuestra agencia fue Jiwaki y era un poco caótica… pero bueno, nos ayudaron con el objetivo que teníamos.
El Huayna Potosí forma parte de la cordillera Real de los Andes y es una de las montañas más altas de Bolivia. La ruta de ascenso más común es técnicamente moderada, lo que la hace accesible para montañistas con experiencia básica en escalada, como nosotros.
La aclimatación es un factor muy importante en este ascenso. Nosotros habíamos hecho bien en recorrer primero Uyuni y demás sitios para poder hacernos a la altitud.
La temporada más popular para escalar el Huayna Potosí es durante los meses secos de mayo a septiembre. Durante esta época, las condiciones climáticas tienden a ser más estables y la visibilidad es mejor.
En este primer día, dejamos las cosas en el Campamento Base (4.700 msnm aproximadamente), nos pusimos la ropa que Jiwaki nos da para la escalada, y fuimos al glaciar a practicar cómo andar con los crampones y a hacer un poco de escalada en hielo. Gran actividad por cierto.
Una vez terminada, volvimos al Campamento Base, ya que la noche la pasaríamos allí.

Campo Alto
Día de caminata hacia el Campo Alto del Huayna Potosí (5.200 msnm aproximadamente). Nuestro último campamento antes de la cima. La cosa se ponía seria.
Para llegar a este campamento, hay que pasar un punto de control donde tenemos que pagar 50 bob (unos 7€ aproximadamente).
Allí arriba pudimos contemplar mejor lo que nos quedaba y lo que nos rodeaba. Las vistas eran increíbles pero se veía demasiado duro… como así acabó siendo.
Lo más «gracioso» de este día es que cenamos a las 18 y a las 19 estábamos ya en la cama, ya que a las 00:00 nos teníamos que despertar para estar listos para afrontar la subida a la cima alrededor de la 1 de la mañana.

Cima!!!
Lo dicho, a las 00:00 suenan las alarmas para levantarnos, desayunar y preparar las cosas. Mi compañero y yo somos los primeros en tenerlo todo listo y, sobre la 1 de la mañana, ponemos rumbo, junto a nuestro guía, a la cima del Huayna Potosí.
Equipados con lo justo y necesario en la mochila, un frontal para poder ver por donde íbamos, los crampones y el piolet, comenzamos la andadura.
Camino muy duro. Zonas muy empinadas, pasando cerca de agujeros en la nieve, cuevas y puentes de hielo. (Todo esto nos dimos cuenta a la vuelta, cuando ya era de día claro).
Tuve mi momento de crisis. Llegó un punto, sobre los 5.700 msnm, que mis piernas no daban más de sí, solo quería parar, que me dejaran allí o que ataran a mi compañero a otro equipo y que a mí me bajasen al Campo Alto. Poco a poco fueron tirando de mí. Descansábamos cada poco, comíamos algo, bebíamos, mascábamos hojas de coca…
Finalmente, y después de algo más de 6 horas y media de «excursión», ¡LLEGAMOS A LA CIMA!
Sí, estábamos a 6088 msnm, lo más alto que vamos a estar en la vida, o al menos yo. Lo habíamos conseguido.
¿Sabéis esa sensación de que has dado todo, has sufrido como nunca para llegar lo más alto que llegarás en la vida, deportivamente hablando, y que luego no recuerdas bien por culpa del cansancio? Pues así estoy a día de hoy… sufrí para llegar a la cima, queríendo parar y dar media vuelta desde que llegamos a los 5.700 metros de altitud. Pero entre el guía y mi compañero conseguí llegar.
La llegada fue dura, pero tocaba volver, no solo al Campo Alto a recoger las cosas que habíamos dejado allí, sino que teníamos que llegar al Campamento Base para coger de nuevo la furgoneta de camino a La Paz.
Durante muchos días me repetí que quién me mandaba a mí haberme metido en tal aventura, por lo dura que fue, pero a día de hoy, unos meses después de haber hecho cima, la volvería a repetir incluso si me costase lo mismo o más volver a llegar arriba.
Una vez ya en el Campamento Base, recogemos todo bien y ponemos rumbo de nuevo a La Paz, donde nos pegaremos ese descanso que tanto nos merecemos.
De nuevo el Hotel Las Brisas iba a ser nuestro alojamiento, y, la siesta, fue bastante grande.
A todo esto estuvimos pensando en si hacer o no la última actividad que nos quedaba por tierras bolivianas debido al cansancio que llevábamos acumulado y a la pesadez de las piernas.

Increíbles vistas
Finalmente decidimos hacer la última actividad, la Ruta de la Muerte en bicicleta.
También conocida como «Death Road» en inglés, esta ruta es famosa por su peligrosidad debido a su estrechez, condiciones climáticas cambiantes y pronunciados precipicios a lo largo del camino.
Obtuvo su nombre debido a su historia de accidentes mortales. Antes de la construcción de una carretera moderna, este camino era la única ruta que conectaba La Paz con los Yungas, y su estrechez y condiciones climáticas extremas hicieron que fuera peligroso para el tráfico vehicular.
La ruta consta de dos partes, en la que pasas de los 4700 msnm a los 1200 msnm:
- Primera parte asfaltada, de unos 20 km de recorrido. Bastante fácil en cuanto a buena carretera pero complicada por el tráfico y la cantidad de agencias que realizan esta ruta. Este trozo fue bastante divertido por la velocidad que puedes llegar a alcanzar.
- La segunda parte es también muy divertida. Se realiza por camino de tierra y piedras durante unos 40 km y, la única dificultad, es el controlar las piedras que hay a tu paso para poder esquivarlas para evitar caídas. Durante el trayecto paramos en varios sitios para tomar fotos, ver cómo se tiraban de tirolinas, cruzar ríos…
Esta actividad también la hicimos con Jiwaki.
Una vez llegamos al punto final, nos relajamos tomando unos refrescos mientras limpiaban las bicicletas, pero Bolivia aún nos tenía preparada una sorpresita… un montón de bichitos que nos dejaron las piernas llenas de picaduras. No sabemos qué bichitos eran pero necesité un mes para que se me fueran los bultitos.
Ya con las bicicletas limpias, emprendimos el viaje de vuelta a La Paz para preparar las maletas para la vuelta a España. La primera aventura por tierras americanas había terminado. El viaje de vuelta se hizo larguísimo por cierto, y fuimos directos a apretarnos una pizza para cenar.

Fin de viaje
Nos hubiera gustado dar una vuelta por los teleféricos de La Paz. Subir hasta El Alto con ellos, ir de punta a punta de la ciudad viendo todo desde las alturas, pero no teníamos mucho tiempo.
Desayunamos, empaquetamos todo, nos despedimos de nuestro gran amigo Álvaro y pusimos rumbo en taxi al aeropuerto de El Alto. El taxi nos costó unos 50 bob (cerca de 7 €)
En resumen, un viaje de aventuras, duro, pero muy muy entretenido. Viaje de superación, de poner a prueba tus límites, de conocer nuevas culturas, nuevas personas. Al final nos llevamos unos gratos recuerdos y un gran sabor de boca con este país.